El 9 de julio de 2024, Margaret Karram y Jesús Morán dejaron la ciudad de Juruti y viajaron en una lancha durante hora y media hasta Óbidos, en el corazón de la Amazonia brasileña. Los acompañaba monseñor Bernardo Bahlmann, o.f.m., obispo de la ciudad. Conocieron a los focolarinos, que llegaron en 2020 y colaboran con la Iglesia local en diversas actividades y obras sociales: catequesis, salud, educación.
Al día siguiente, 10 de julio, a través de una red de canales que serpentean por la selva amazónica, a una hora de barco desde Óbidos (Pará), llegaron a Mocambo Quilombo Paushi, una comunidad indígena de mil afrodescendientes, seguidos por la parroquia de Edson Galego, focolarino sacerdote del focolar de Óbidos. Margaret Karram y Jesús Morán pasaron una mañana con ellos. «Aunque venimos de lejos -dijo Margaret Karram-, nos han acogido como verdaderos hermanos que no conocen distancias. Ahora puedo decir que tengo una gran familia en la Amazonia». «Nunca se sientan solos», añadió Jesús Morán, «Nos une la fe en el Evangelio, el amor que Jesús nos enseñó y que podemos vivir juntos, dondequiera que estemos en la tierra».

El obispo Bahlmann celebró la misa y recordó el proyecto diocesano «Força para as mulheres e crianças da Amazônia”. Dirigido a mujeres y niños, funciona también en esta comunidad desde hace dos años. Pretende una formación integral de la persona a través de las áreas de espiritualidad, salud, educación, psicología y sustento económico.
Margaret Karram y Jesús Morán en el CEU
En 132 hectáreas de terreno, 23 organizaciones, entre comunidades e institutos católicos, han elegido vivir una experiencia de comunión entre carismas. Desde hace 24 años, esta experiencia se conoce como Condominio Espiri tual Uirapuru (CEU), acrónimo que significa «cielo» en portugués.

Margaret Karram y Jesús Morán continúan su viaje por Brasil, ahora en Fortaleza, para participar en encuentros con diferentes realidades carismáticas de la Iglesia. En el CEU, la presidenta y el copresidente se reunieron con líderes de otras comunidades, como Nelson Giovanelli y Frei Hans, de Fazenda da Esperança, Moysés Azevedo, de Comunidade Shalom, y Daniela Martucci, de Nuovi Orizzonti. También estuvieron presentes los jóvenes participantes en la primera fase del GenFest.
El ambiente de unidad entre carismas fue tangible en los encuentros, actividades de voluntariado, oraciones y testimonios.

Por Servicios de Comunicación Focolares