Esta tarde nos reunimos amigos judíos, luteranos, ortodoxos antioquenos y católicos (miembros del Movimiento de los Focolares(1), adultos y jóvenes, para vivir una tarde por el próximo Genfest y colorear juntos la mitad de “Mándalas por la Paz” para enviar con los jóvenes mexicanos que participarán.
Es hermoso contar con la presencia de Christopher y asegurarle nuestra oración por el viaje de él y de toda la delegación mexicana. Le hemos pedido que, al volver de Brasil, volvamos a reunirnos, para que puedan hacernos partícipes de la experiencia.
Como en cada ocasión, era grandísima la alegría de encontrarnos y tangible el sentirnos “familia”.

El rabino Tobal de la Comunidad Monte Sinaí nos ayudó a reflexionar sobre el sentido del estar juntos, no sólo por encontrarnos en el mismo lugar, sino por el deseo de abrazarnos en nuestras legítimas y ricas diferencias, en el mismo compromiso por la fraternidad y la paz.
Encendimos una vela con el significado de que nuestro ser y actuar a favor de la paz pueda ser luz para muchos, muchos otros.
Con este mismo espíritu decidimos colorear todos juntos (éramos 15) una mitad de mándala, como signo y compromiso de seguir caminando -también- juntos (como reza el Salmo en hebreo).

Luego nos distribuimos para colorear otras mitades de mándala: un judío y un focolar, un luterano y un focolar, una ortodoxa y un focolar. Fue un momento entrañable, pudimos conocernos más, compartir experiencias, nuestros talentos artísticos, en ese único proyecto común que era colorear nuestra mitad de mándala.
Compartimos -con quien todavía no la conocía- la experiencia que vivimos con Carlos Palma de “Living Peace International” durante la pandemia, cuando juntos, creamos el “Dado Interreligioso de la Paz” y les regalamos uno.
Renovando así nuestro compromiso de ser en todas partes y a cada momento “artesanos de paz”.
La deliciosa cena compartida hizo aún más intenso el clima de familia, de “focolar(2)” entre todos.
En el corazón nos llevamos un sentido de “sagrado”, de haber estado en presencia del Señor entre nosotros. A Él, que es quien guía la historia, le confiamos la Paz en el mundo entero.
Por Ursula Lonngi – México
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1 Movimiento de los Focolares: es una gran y variada familia, es un “nuevo pueblo nacido del Evangelio”, como lo definió la fundadora, Chiara Lubich. Cuenta, en su interior, con cristianos de muchas Iglesias y comunidades cristianas, fieles de otras religiones y personas de convicciones no religiosas. Cada uno adhiere a él en sus fines y su espíritu, en la fidelidad a la Iglesia de cada uno, o al credo de cada uno, y a su conciencia.
2 Focolar: Las comunidades son llamadas Focolares, en donde viven los que en el Movimiento han hecho votos de castidad, pobreza y obediencia. Forman parte del focolar algunas personas casadas también que, fieles a su estado de vida y viviendo su vida familiar, comparten con los vírgenes la elección radical de poner en práctica el amor evangélico y de vivir para realizar la unidad.