Caminando la palabra y la experiencia del quehacer político

Por Mateo Martínez – Colombia

En diálogo con Jonathan Rojo Zuluaga, trabajador social de profesión, estudió en la Universidad del Quindío, es especialista en Desarrollo Comunitario de la Universidad del Valle y magíster en Desarrollo Humano en la FLACSO. Cuenta con experiencia en el sector público y privado trabajando con programas sociales, con enfoque en temas de la defensa y la promoción de Derechos Humanos, trabajando con grupos poblacionales como indígenas, afrodescendientes, niños, niñas, adolescentes, mujeres, víctimas del conflicto armado. Actualmente se desempeña como concejal del Municipio de Armenia en Colombia. Conoció el Movimiento de los Focolares aproximadamente en el año 2004, conociendo Chicos por la unidad y luego vinculándose como Gen en los espacios juveniles del Movimiento de los focolares y haciendo parte de la estructura del movimiento durante algunos años y a través de Ciudad Nueva.

¿Hace cuánto eres concejal?

El Concejo, inició a partir del 2 de enero del año 2024, después de pasar las elecciones del 29 de octubre. Donde tuve la oportunidad de quedar electo, para este período constitucional hasta el año 2027, que está programado proyectado en el período constitucional.

¿Qué te motivó a entrar en política?

La oportunidad de llegar al Concejo, fue la sumatoria de muchas situaciones de vida, que me llevaron finalmente a que pudiese tener esa posibilidad de representar desde una posición diferente, de una visión política, que está enmarcada hacia la defensa y la promoción de los Derechos Humanos, vinculado también con unas posiciones ideológicas, que hacen que asumamos la defensa también de la dignidad de la persona , de la justicia social y que promovamos la igualdad a partir de la reivindicación de muchos de los derechos que históricamente han sido negados para los sectores más vulnerables, y como durante tantos años he estado vinculado a estos, podría decirse que todas esas experiencias me llevaron a tomar una decisión, y además de eso, las personas que me han acompañado en esa experiencia también sintieron que podía representar de manera digna, coherente y responsable esa curul. Por eso, se me ha dado la oportunidad de estar allá en el Concejo.

¿Cuáles han sido los principales desafíos en el que hacer de la política?

El tema de cómo humanizar la política, humanizar en el sentido de devolver a la política, los principios, los valores y la razón de ser. Es entender que la política durante muchos años ha estado viciada y contaminada por asuntos que no necesariamente son los que tendrían que representar el actuar y el que hacer del político. Entonces, encontramos problemas de corrupción, el tema del nepotismo y el clientelismo, el tema de prevaricato, peculado, o sea, todas estas actuaciones que han desvirtuado y deslegitimado el papel del político.

Por lo tanto, creo que el mayor reto es ser coherente o también generar “altura” en la discusión, demostrar que sí es posible ser congruente, coherente y responsable en el ejercicio de lo político. El desafío es lograr que muchas personas podamos coincidir en esa misma visión, porque desafortunadamente la política se rige bastante por intereses, a veces particulares, que es estar en contradicción con lo que realmente tendría que ser, y esta, es la búsqueda del bien común, del bienestar general, entender que la política no es un engranaje  más, sino que la política es la posibilidad de estar al servicio y es un servicio que tendría que buscar, favorecer especialmente a aquellos que más lo necesitan.

Recientemente en el municipio de Armenia, se debatió y se aprobó el Plan de Desarrollo, ¿Cuáles crees que pueden ser los desafíos de Armenia en este periodo?

Bueno, el municipio ha atravesado durante los últimos años, una crisis en términos de lo institucional, hemos tenido muchos alcaldes inhabilitados, destituidos, judicializados. Estamos hablando de al menos los últimos 24 años, algunos incluso han pagado ya sentencias precisamente por esas conductas. Entonces, parte como del reto que tiene el municipio es devolverles la legitimidad a las instituciones, en este caso que la gente pueda valorar el papel que cumple la administración, y que esta pueda responder a las necesidades que tiene la población y resolver problemas comunes como el tema de la pobreza o al menos el tema de la seguridad, el tema del desempleo, el consumo de sustancias, problemas asociados a la salud pública.

Bueno, hay muchos temas que realmente faltan mejorar. Muchas personas solamente entienden la gestión de lo administrativo, de lo público, desde el desarrollo urbano y de infraestructura que se tiene que dar en la ciudad, lo cual también es un desafío que nos ha afectado durante muchos años; el asunto del espacio público, movilidad, el tráfico, hay muchos problemas, realmente hay un reto grande para esta administración y pues el papel que cumplimos los concejales es hacer control político al funcionamiento de esa administración con base al cumplimiento de unas metas que quedaron definidas en este plan de desarrollo, a través de unos indicadores de producto y a través de unos programas presupuestales. Entonces le hacemos control social y control político al plan plurianual de inversiones, al cumplimiento de esas metas e indicadores de producto, y a la actuación de los diferentes funcionarios públicos, pero no necesariamente un control disciplinario, pero sí podemos hacer un control fiscal y, un control político e institucional.

¿Cómo crear estos consensos también desde un rol “opositor”, frente a un partido que actualmente, tiene mayoría o tiene el poder?

La administración actual cuenta con una coalición de Gobierno de al menos 15 concejales. Quienes nos hemos declarado en oposición, en este caso, mi rol como concejal declarado en oposición; hay algunos otros declarados en independencia; hemos tenido como principal objetivo, presentar una visión diferente de la que nos muestra la administración en términos de las políticas públicas para los proyectos de acuerdo que a veces pretenden solucionar algunas de esas necesidades y problemáticas, pero a partir de decisiones únicamente  técnicas que en lo personal consideramos no son las más apropiadas. Creo que ese ese papel se va desarrollando y fundamentando a partir de la visión crítica, de sentar bajo argumentos, una mirada diferente de las cosas, pero brindando una discusión que esté a la altura del debate, del debate público, es decir, no oponernos por oponernos, sino que realmente es traer a colación o traer  al escenario de lo público, una discusión que esté fundamentada en razones técnicas, jurídicas y constitucionales que les hagan pensar a los demás concejales y a la administración, que a lo mejor hay otras rutas y otras formas de buscar dirimir o solucionar muchos de los problemas que tiene hoy la ciudad.

 Muchas veces este lenguaje puede ser muy complejo para la ciudadanía. ¿Cómo lograr llegar a la ciudadanía?  y ¿cómo lograr que esta sea activa frente a los desafíos que puede presentar el contexto de ejecución en Armenia?

Es importante tener en cuenta algo y también cómo vincularlo mucho al ejercicio que nos hemos propuesto desde el Movimiento Político por la Unidad, que tiene que ver con ¿Cómo generar nuevas ciudadanías? ¿Cómo se construye o se fortalecen? ¿Cómo se pueden desarrollar esas nuevas ciudadanías?

Y es a partir de hombres y mujeres nuevos, pues nuevos en término también de la concepción que tendría que existir en cuanto a la función que debe cumplir la política para atender muchos de los problemas que tiene la sociedad, pero ante todo, para ayudar a generar unas condiciones de bienestar y de calidad de vida de las y los ciudadanos, y eso implica algo que mencionaba al comienzo, y es la coherencia, cómo devolverle la coherencia a la política para que las personas entiendan que la política es una oportunidad de servicio, es una oportunidad de servicio público, de un servicio para contribuir a que haya un mundo mejor, lo que llamamos en otras palabras, la transformación, lograr una transformación positiva de la sociedad. Y para que eso se dé, pues es necesario fomentar la participación democrática, fortalecer la cultura ciudadana, hablar sobre el respeto de los derechos humanos, desarrollar esos valores y principios ciudadanos que en algún momento lo llamábamos como conductas o valores cívicos también. Es pensar en qué todos hacemos parte de un mismo espacio, que es un espacio geográfico, pero que también es un espacio cultural, es un espacio social, es un espacio incluso, si se quiere, espiritual. Es decir, la relación que voy teniendo con el otro, en la manera como desarrollamos y cómo podemos ir tejiendo esas relaciones. Entonces, es parte de la tarea, demostrarle a la gente que sí se puede hacer política, que es posible hacerla de manera transparente. Y para ello, hay que ser responsable en esas decisiones que se asumen. 

¿De qué otras formas se pueden transformar con una política más virtuosa? ¿De qué forma podemos lograrlo?

 ¿Cómo lograrlo? Yo insisto en esta palabra “Coherencia”, lo que pasa es que para que haya coherencia tiene que haber algo que esté preestablecido, ¿cierto? o sea, coherente con relación a qué, porqué quién es corrupto, pues es coherente a la corrupción porque es lo que ha vivido. De pronto es cómo pudiésemos generar esas condiciones para que las personas entiendan que estamos acá o por lo menos el rol o el papel que pretendo ejercer en el Concejo es para precisamente corresponder a la confianza que mucha gente ha tenido en el voto y en el acompañamiento que hizo esta elección haciendo lo que me corresponde, no, es más. Y lo que me corresponde es actuar con la decencia, con el respeto, con la dedicación, con la transparencia para que esas personas comprendan y pues otras también, que sí es posible. O sea, que al final el hacer parte de estas instancias de representación, tendría que ser ante todo para estar al servicio de los demás, no para pensar en intereses personales. Y que, para ello, es necesario también prepararse, y para eso también es necesario tener unos mínimos. Creo que también es una invitación que constante y frecuentemente hay que hacerle la ciudadanía y es preparémonos para ayudar en esa transformación y desde cada espacio que cada uno habita, pues ahí la manera de cambiar el mundo, y si logramos cambiar el entorno inmediato en el que encontramos (el entorno familiar, el entorno laboral en el entorno comunitario – social), para luego cambiar ese entorno político, que es el de la administración y la gestión de lo público.

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